ALEPH

Alguien dijo mi nombre

iluminándome el pecho

alguien dijo mi nombre como un poema

sin otra misteriosa angustia

que su condición de poema sangrante

mi nombre

solitaria y única belleza

rescatada como una piedra del abismo

que disloca mis perfiles

me asesina

descalzo por la noche inmensa

extraviado mi nombre como estaba

esfinge de mármol negro

alguien dijo mi nombre

que permanece en el fondo de mi cruz agonizante

hasta hacerse hombre.

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LAS CIGUEÑAS YA NO PASAN POR AQUÍ

Vuelve mañana

con esa ráfaga de amor infinito

y si no fuera posible

si la punta del lápiz no atravesara las palabras blandas

que se empañan en los vidrios cuando llueve

si el tiempo te raspara las llagas

como inviernos como puertas

si el alma te nevara y goteara tus naufragios

esta misma noche

tal si fuese un aullido de vida que se aleja

con sus gestos desmedidos

yo esperaré

con esa mirada honorable de Alec Guiness

que me obsequia parado sobre el puente del río Kwai

yo esperaré

en todo caso

el cielo sigue dispersando pájaros

abofeteados de lluvias y hombres

he visto demasiadas cruces desde lo alto de las catedrales

y nadie sabe nunca a que hora llegará la muerte o las musas.

Simplemente me sentare a esperar

y aunque hay un cierto olor a glicinas y primavera

de todos modos no se engendra vida

las cigueñas ya no pasan por aquí. 

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