Vamos a encontrarnos
con Bob Dylan
definitivamente
mañana
en la autopista 61.
Él y toda su legión
de espantapájaros vendrán luego aquí
y recorreremos la
ruta 5 que no es tan famosa
pero puede llevarte
a alguna parte.
Verás a los
costados cosas como flores
pero son en verdad
amores abandonados
y más allá están
los payasos que te engañan
en todas partes hay
lo sé, pero acá los insaciables
lloran para que te
conmuevas y además
son malas
fotocopias de los originales.
En un cruce hay una
edificación religiosa,
tiene una cruz
quebrada con su Cristo partido en dos
separado como por un hacha
los brazos en alto y la cara de lado
tambaleándose de
las astillas de un madero al viento
y el resto firme
todavía, plantado.
Diré que cualquiera
puede arrancar lo de arriba y reconstruirlo
con otra cara y
otro gesto
más conveniente
para estos tiempos
incluso cambiar el
signo y el símbolo
o tal vez ponerlo
al lado así de su quebrado y en todo caso
habremos de meditar
por un momento
¿cuál sería la
parte más importante:
la de arriba o la de abajo?
¿ cuál sería la
moraleja? ¿cuál el desgarrón?
acto seguido verás
un hombre parado sobre un cajoncito,
imagínalo vestido
para la ocasión como quieras
cualquier nombre y
lugar es el mismo para él
porque su discurso
es monolítico
hecho para el miedo
porque el miedo es buen negocio.
Te pedirá un vaso
con agua pero no se lo des:
pide tu
atención y si tiene tu atención lo tiene todo.
Eso no lo verás en
la autopista 61 ni en la polvorienta 66,
seremos incluidos
en las listas negras
de esta parte del mundo
agregaremos un
matiz más a nuestros consabidos anatemas
y recitaremos
blasfemias extraordinarias
como
vómitos de estrellas
mientras unos
cantan, otros babean
y los demás duermen donde
cayeron,
en tanto Tom Waits
pasará su garganta entre
las ascuas que quedan
escupiéndonos
santificadamente una vez más.
Aunque no lo
parezca Dios estará aquí
porque si es
omnipotente
escuchará lo que tengamos que
decir
y si es el summum bonum nos corregirá,
escucharemos en silencio
su canto nada parecido al de
los humanos
y diremos gracias, muchas
gracias
a su modo de
entender el verdadero pecado
ya no lo accesorio
y por imposición de
manos dejaremos de ser colaterales.
Luego volveremos
nuevamente por la 5
a la ciudad de
siempre parecida a la de todos
y ellos volverán
juntos hasta la 61.
Cumpliremos el
pacto la próxima vez,
yo llevaré a mi
manada de infelices con sus mundos de papel
e inauguraremos el
pre-paraíso,
el promotor de Bob
levitará genuinamente
diciendo que cree
que puede hacerse
a medio camino de
todas las rutas
es decir, en ninguna parte.
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