ELADIO LINACERO

Eladio Linacero contó historias
tanteando en otras almas la suya
yo lo vi abrir la puerta de la boca
decir sin siquiera dibujar
con el índice apuntando el universo o una azotea
la crudeza de las gentes sin sombras
que cubren y agobian el mundo
bajo el humo del tabaco a medio arder
que sube y se pierde entre sueños.
Bob, Brausen, Risso lo palmean
se juntan con un tal Juan Carlos
y desaparecen siempre
en el pozo de ciudad de Santa María:
esa es la realidad
-dijo- murmullo abajo.
Solos, entre la húmeda bruma
unos gruesos lentes y un vaso de whisky vacío
en un banco de plaza, solos.
A veces los veo
después de cuatro copas en el espejo
Eladio Linacero se me ríe burlón a la cara.
-Las poesía es cosa seria,
usted no llega al fondo del pozo dijo.
Tiene razón.

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OLOR A ETERNIDAD

Es cuando la mirada del otro
da un intento de certeza
el cuerpo lo sabe
el corazón se lo dijo
que la miradas se encastran
como si fuesen hechas para eso
decirse en ese idioma mismo
que es posible que el mundo sea más ancho
haya más flores y pájaros
cante el agua sobre la orilla
cuando uno cree
que es posible salvarse
aunque no sepa bien de qué quién o cómo
y la felicidad
o eso que se le parece
viene como un sol tibio
epifanía,
olor a eternidad.

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DEBE SER COSA SERIA

Es saber
que la sangre es la síntesis del hombre,
caer en la cuenta
que se es todos los hombres de todos los tiempos
polvo cósmico respirable del universo
es terrible saber que en algún momento
alguien golpeará la puerta
nos hará salir al final de todo horizonte
armado del alma solita la pobre
como perro apaleado
salir sin cumpleaños
vestido así
como en este momento o cualquier otro
sentir como se pueden diseccionar los segundos
descomponerse cada uno incluso
con la lentitud de un caracol, 
percibir estas cosas sin un ancla
debe ser cosa seria.
El paisaje de la verdad y la realidad
puede ser pavoroso sin amor.

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PARA EL EXILIO SOBERBIO DE LOS DÍAS

Arrastrando la madrugada álgebramente 
agacho la cabeza 
turbia la víscera del tiempo 
girando en sus propios brazos 
bocacalles de la sangre 
brillando mujeres epidérmicos trópicos
empujo las hojas que me sufren
golpeándome de libros que vuelan marsupiales
tocándome los miedos 
fisurado como tren hasta siempre 
cavo en la historia 
y escribo en los huesos como una bestia. 
Afuera hace frío. 
La madrugada galvaniza excrecencias de hormigón 
por las sombras humanas de la noche 
ángeles llagas de la carne 
pendulan la alquimia de la alborada craneana
rompiendo alambres, prosodia del estiércol
ciñiéndose el lomo trágico. 
Paradoja de símbolos y sombras 
salí a la noche desnudándome 
y busqué aprender la canción 
el huerto bienaventurado 
el pacto de la cláusula de la boca desdentada
allende la piedra fónica 
entreversos 
y temo la cólera – tan cebo goteado-, 
barreno entonces las sombras 
estallándome el ojo 
buscándome minuendo. 
Cómo crece la sonata del instinto
cuando algo se suicida en su voz de adentro
vinagre después de cada dolor. 
Así es. 
Siempre se aplastan las sábanas 
que se traga la muerte cada noche:
el sol clava las sombras de piedras transidas.
Ahora puedo imaginar mi propia muerte,
pequeña, pesada, burguesa 
y cómo hace falta un exorcismo 
para el exilio soberbio de los días.

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PARA VISITARTE

Vengo a traer la lluvia
para que golpee en tu ventana
riegue las flores y los árboles despacito
los verdes más verdes a tu vista
al alma
vengo con la nochecita arisca de colores
para que te abrace los sentidos
y creas que puedes salvarte de este mundo de mierda.
Aquí estoy
con esto que parece poesía
pero no
que anda buscando en tus veredas
las puertas
las ventanas de tus música tus luces
con un rezo en la mano
para compartir
como un salmo de buena nueva
tocarte con esto impalpable
que es palabra viva y desnuda
encontrarte porque sí
que es como se puede
para tomarse un buen vino
a la salud de Li Po
y aquellos borrachos exquisitos
del milagro Caná.

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LOS DOS CARACOLES DE PRÉVERT

Los dos caracoles de Prévert que iban de entierro
han pasado por aquí
hace muchas hojas muertas
otoños y primaveras.
Hicieron noche
me contaron del mundo,
eso es todo lo que sé
y me parece suficiente para una vida.

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