jueves, 22 de mayo de 2014

LA CRUZ DEL MUNDO

Supe el hondón de misterios que hay dentro de un hombre
y caminé con pies de plomo
porque era caña que se agita al viento
haciendo esfuerzos para permanecer de pie
ungiendo heridas y levantando lo derramado
y con esa cosa que uno sabe poco
acerca de dónde van las huellas de nuestros pies
y las que se quedaron por el camino las pobres
los senderos borrachos donde anduvieron
haciendo escaras en los surcos del tiempo
que no son otra cosa que la nitidez del dolor
de las tantas levaduras que se abortan
que se desprendieron de la carne
mientras otras se enquistan, encallecen,
se llevan a patadas con el mundo
con el cuerpo llenito de señales
y las caras de quienes nos han hecho tales laceraciones,
trastabilla de vez en vez una lágrima
cual si fuese una imprecación del alma
de preguntas sin respuestas,
la noche arranca raíces a las luces del cielo
que se desgarran, sangrean, agujerean las cosas
cada una a su turno y su espejo,
en verdad, en verdad les digo
la cruz del mundo es esto para un espíritu
solito el mismo el pobre
a la luz de su propia fe.
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1 comentario:

  1. Muy bueno tu escrito estimado Sergio. Es verdad que la cruz de este mundo es muy pesada y más aún para aquel que ha perdido toda fe. Saludos, compañero.

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