Los caminos son de cemento
pero los niños son tan tiernos,
con el smog colgando de sus ojos
caminando el plagio de las calles
que se abren y los tragan.
Las gentes vomitan sus chimeneas con grandes bocanadas de hollín
y entre el tufo crecen y crecen
empollando objetos i
nflándosen con la arrogancia de las naves arrojando peces.
Crecen y crecen sus axilas ebrias
oliendo a fibras ópticas
como caídos de una nueva bastilla,
esos niños de melenas terribles en sus máquinas potenciadas
corren, corren y atropellan
seguidos de muy cerca por los cuervos
que olfatean sus cadáveres a la vera del camino.
Están subidos a la vereda de todas las cosas
con sus chips guadañando la historia
que inevitablemente los espera
sin importar sus gritos desacordes,
sus enfermizos cánticos agónicos,
gozando cuando los deglute un riff de tantos megavatios
que esparce sus cerebros por todo el universo.
Ellos, los niños se hacen hombres.
Y entonces todo volverá a comenzar por los caminos de cemento;
las calles viboreando los destinos
y como siempre los niños,
porque los niños son tan tiernos.
ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
DERECHOS RESERVADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario